Debido a la disminución de la función y masa de las células beta, muchas personas con diabetes mellitus tipo 2 requerirán una intensificación oportuna de la terapia para mantener el control glucémico (HbA1c <7%, glucosa en sangre en ayunas <110 mg/dL y glucosa postprandial <180 mg/dL) y para minimizar el riesgo clínico a largo plazo de la enfermedad (1) (2)
Aunque el objetivo de la terapia inicial es suplementar el suministro de insulina basal (por lo general con insulinas de acción intermedia o prolongada), las guías de tratamiento actuales recomiendan que las personas con diabetes mellitus tipo 2 que requieren la intensificación de la terapia agreguen una insulina prandial para reducir los picos de hiperglucemia postprandial (3).
Se ha demostrado que la insulina subcutánea impacta sobre la aceptabilidad de la terapia con insulina y los resultados de la calidad de vida de una persona, y podría servir como una barrera clave para el tratamiento (4).
Los hallazgos de este análisis combinado mostrados por el Dr. Stefano Del Prato de la Universidad de Pisa en Italia, sugieren que en las personas con diabetes mellitus tipo 2 no controlada previamente con antidiabéticos orales e insulina glargina sola una vez al día, el agregado de insulina glulisina una vez al día a la hora de la comida (basal-plus) mejora el control glucémico.
Referencias
1. UK Prospective Diabetes Study (UKPDS) Group. Lancet. 1998;352:837-853.
2. Ulrich H, et al. Vasc Health Risk Manag. 2007;3:245-254.
3. Nathan DM, et al. Diabetes Care. 2009;32:193-203.