Sábado, Marzo 16, 2024
Prehipertensión Arterial: Condición de Riesgo Cardiovascular no considerada
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Prehipertensión Arterial: Condición de Riesgo Cardiovascular no considerada

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01 Julio

Dr. Luis H. Zárate M., Presidente Fundación Chilena de Hipertensión Arterial

Prehipertensión es un término utilizado por el comité de expertos norteamericanos en su séptimo informe, realizado en el año 2003. Se incluían personas con presiones arteriales sistólicas entre 120-139 mmHg y/o presiones diastólicas entre 80-89 mmHg. Este grupo representa un estado intermedio entre la población con presiones normales, con riesgo relativo 1, y los hipertensos con riesgo relativo 3.

Si consideramos la bien establecida relación lineal entre las presiones sistólicas y diastólicas y el riesgo de eventos cardiovasculares, aparece la necesidad de identificar esta subpoblación de prehipertensos que presentan un evidente mayor riesgo de eventos cardiovasculares. Recordemos el meta análisis realizado por Lewington el año 2002 con una población sobre un millón de personas basado en 61 estudios epidemiológicos que demostraron que el riesgo cardiovascular se duplica con el aumento de cada 20/10 mmHg a partir del nivel óptimo de 115/75 mmHg. Debido a la elevada prevalencia de la población prehipertensa, en general mayor que la población hipertensa, cercana al 40%, hay estudios que demuestran una altísima incidencia de infartos cerebrales y cardíacos en esta subpoblación.

En general la población prehipertensa presenta una elevada coexistencia con estilos de vida inadecuados, ingesta excesiva de alcohol, tabaquismo, sedentarismo, sobrepeso u obesidad, estrés crónico y habitualmente se asocia con disglicemias y dislipidemias.

Resulta de interés comprender que el aumento de la presión en relación a la población normotensa es consecuencia de un cambio estructural y funcional del sistema cardiovascular, en especial a nivel de la microcirculación (arteriolas y capilares) en personas menores de 45 años y/o de grandes arterias que van rigidizando su estructura por pérdida progresiva de fibras elásticas e incremento de fibras colágenas, que determinan un aumento de la velocidad de la onda refleja.

El problema fundamental para el diagnóstico de la prehipertensión radica en la variabilidad que presenta normalmente la presión arterial, alcanzando fluctuaciones cercanas a 40 mmHg. Por lo tanto, dada la habitual existencia de condiciones presoras o depresoras relacionadas con la temperatura ambiente, ingesta de bebidas o líquidos, cambios posturales, estrés, etc. resulta evidente que nuestros valores de presión pueden incursionar fácilmente en las tres categorías de presión arterial. Si a estas condiciones les agregamos las diferentes reacciones de las personas en la consulta médica, con un 30% de respuestas presoras y 15-18% de respuestas depresoras, podemos comprender la falta de seguridad diagnóstica de la prehipertensión arterial.

El monitoreo de presión arterial de 24 horas permite una mejor definición diagnóstica, determinando una adecuada estratificación de riesgo que permite ofrecer a cada paciente un enfoque terapéutico óptimo. Si existe una disglicemia, dislipidemia y/o tabaquismo, el uso de antihipertensivos podría ser, además de las correcciones de los estilos de vida, una opción razonablemente protectora.

Percibo en nuestro medio la existencia de una subutilización del monitoreo de presión arterial, aduciendo problemas de costo, argumento bastante discutible si consideramos que una sobre estimación o subestimación de los niveles de presión arterial se expresa en esquemas de tratamiento inadecuados.

Resulta interesante recordar el estudio TROPHY publicado por S. Julius en el NEJM de 2006, observándose que el uso durante 2 años de Candesartán, un bloqueador de receptores AT1 de la angiotensina II, postergó significativamente la aparición de hipertensión arterial. (Fig 1)

Otra consideración especial deriva del habitual fracaso que observamos en relación a mejorías significativos de los estilos de vida, a través del tiempo, en nuestros pacientes. En este fracaso habitual temo que existe una falencia significativa en el énfasis del médico tratante que simplifica su terapia a través de fármacos.

Otras referencias de interés:

Elliott WJ, Black HR.Prehypertension. Nat Clin Pract Cardiovasc Med. 2007 Oct;4(10):538-48.
Izzo JL Jr. Prehypertension: Demographics, pathophysiology, and trearment. Izzo J.L. Curr Hypertens Rep. 2007 Aug;9(4):264-8.

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