En marzo de 2012 se llevó a cabo el European Congress on Osteoporosis and Osteoarthritis – IOF-ECCEO 2012, en Burdeos (Francia). En el congreso se expuso acerca de la relación costo-beneficio de la nutrición para prevenir la osteoporosis.
La prevalencia de la osteoporosis es muy elevada. Es un estudio que abarcó la Unión Europea la prevalencia de la osteoporosis definida según la Organización Mundial de la Salud en, por ejemplo: Suecia, fue del 47.25 en la población general de 80 a 84 años de edad y del 21.2% en la población de 50 a 84 años de edad usando la DMO del cuello femoral.
A lo largo de sus vidas las mujeres de Europa sufre fractura de cadera el 23% de, el 29% fractura de columna, y el 21% fractura de muñeca. Las cifras correspondientes a los hombres son: 11%, 14% y 5%, respectivamente. En conjunto, estas fracturas representan un costo anual de alrededor de 39.000 millones de euros.
Esta carga económica es algo menor a la correspondiente a la demencia, similar a la de la artritis reumatoide, y mayor que la de otras condiciones crónicas, tales como: esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson, accidente cerebrovascular y migraña. (1)
Si se calcula el número de años ajustados por calidad de vida que se pierden como consecuencia de las fracturas osteoporóticas incidentes y prevalentes la cifra es muy sustantiva, por ejemplo: casi 180.000 en Alemania en 2010 (1).
Los costos directos de las fracturas osteoporóticas en la Unión Europea fueron de 30.700 millones de euros en 2010, y los costos de los años ajustados por calidad de vida perdida, de cerca de 47.000 millones, lo que dio un total de 77.700 millones de euros en 2010.
Para estimar el impacto económico potencial de los productos lácteos sobre la carga que representa la osteoporosis se realizó un estudio en personas de la población general de más de 50 años de edad.
Esta estrategia fue similar a la empleada por las autoridades reguladoras para calcular la relación costo–beneficio de las drogas utilizadas para prevenir las consecuencias de enfermedades crónicas, tal como la osteoporosis.
En el estudio se incluyeron poblaciones de Francia, Holanda y Suecia porque en estos países existen datos sobre el consumo de calcio en la población general.
El modelo se construyó comenzando por cuantificar la repercusión económica de la osteoporosis en cada país usando los costos, los datos epidemiológicos y los resultados sanitarios.
Después se estimó el potencial impacto de aumentar la ingesta de calcio a través del consumo de productos lácteos. Este modelo también representa una contribución al desarrollo de una metodología genérica para evaluar el impacto económico-sanitario de diversos productos alimenticios.
El modelo comenzó por considerar: i) la incidencia de fractura de cadera en las poblaciones de los tres países; ii) la proporción de la población con ingesta insuficiente de calcio proveniente de encuestas nutricionales; iii) la estimación puntual de la reducción del riesgo asociada con un aumento determinado de la ingesta de calcio tomada de las revisiones sistemáticas y los metaanálisis disponibles.
Tal como se hace en otros estudios modernos de economía sanitaria se calculó la mortalidad asociada con la fractura de cadera a partir de los datos disponibles, la mortalidad prevenida por la intervención nutricional y la tasa de supervivencia. Luego —usando valores de utilidad para la fractura de cadera— se estimaron: la pérdida de calidad de vida y los años de vida perdidos, expresan- do los resultados en años ajustados por calidad de vida.
Luego se consideraron por separado los costos de la fractura de cadera durante el primer año y a través de los años subsiguientes, y se sumaron los costos de los productos lácteos.
Finalmente, se compararon los costos totales, con o sin la intervención en la dieta, para determinar el costo de la intervención; o si se ahorra dinero con la misma.
La prevalencia de la insuficiente ingesta de calcio con la dieta (tomando como punto de corte 600 mg/día) se tomó de los datos de encuestas de población de los tres países estudiados, y la estructura de la población de datos de la Unión Europea.
La incidencia de fractura de cadera se estimó a partir de una revisión sistemática de la literatura. Como ya se mencionó, los costos asociados con la fractura de cadera se calcularon por separado para el primer año y los años subsiguientes. Para la calidad de vida relacionada con la salud luego de una fractura de cadera se consideraron las estimaciones de la IOF.
El costo unitario de la intervención fue muy pequeño, oscilando entre 0.44 y 0.68 euro. Esto fue así en buena medida porque en las intervenciones sobre la dieta se sustituyó un alimento con efecto neutro sobre la salud por otro beneficioso, lo que hizo que el costo incremental fuese mínimo, en comparación con la típica intervención farmacológica que suelen evaluar las autoridades reguladoras que controlan la tecnología sanitaria.
El tamaño del efecto de la intervención fue pequeño, pero incluso así el impacto puede ser muy grande si se aplica a toda la población.
En una revisión sistemática se ha calculado que una dieta insuficiente en calcio se puede asociar con un riesgo relativo de fractura de 1.08; es decir, que los sujetos con ingesta insuficiente de calcio pueden tener un riesgo 8% mayor de sufrir una fractura, y se espera que una ingesta suficiente de calcio lleve el riesgo relativo a 1, reduciendo el riesgo el 8% (2).
El número de fracturas de cadera que pueden prevenirse aumentando el consumo diario de calcio fue calculado sobre la base de 650 mg adicionales de calcio por día.
El costo de la ingesta extra de 650 mg diarios de calcio a través de productos lácteos representó 0.64 euro en Francia, 0.44 en Holanda y 0.68 en Suecia.
En comparación con otros alimentos, los productos lácteos por 1000 kcal mostraron un costo de 20 centavos vs. 40 centavos para la carne, 68 para el pescado y 34 para las frutas y verduras.
El número de fracturas de cadera que puede prevenirse a largo plazo rectificando el consumo de calcio es muy grande, de casi 800 en mujeres de 85 años o más de edad en Francia, y un número progresivamente menor en personas de menor edad. Por su parte, normalizando la ingesta de calcio de la población los costos a evitar a largo plazo son enormes, de millones de euros.
En conclusión:
• Empiezan a estar disponibles los datos que pueden permitir la aplicación de modelos de economía sanitaria a las intervenciones nutricionales en la osteoporosis.
• Hay sutiles diferencias entre estos modelos y los modelos farmacoeconómicos, ya que los costos de la intervención podrían ser incluidos dentro de los costos totales de alimentación.
• Si se mantuvieran los beneficios de la intervención nutricional se podrían obtener reducciones competitivas de morbilidad a un costo económico relativamente bajo.
Referencias
1- Ström O, et al. Archives of Osteoporosis 2011, DOI: 10.1007/s11657-011-0060-1
2- Cumming RG & Nevitt MC. J Bone Miner Res 1997;12: 1321 – 1329.