Entre el 21 y el 24 de marzo se celebró la última versión del European Congress on Osteoporosis and Osteoarthritis – IOF-ECCEO, en Burdeos (Francia). En el evento organizado por la Fundación Internacional de Osteoporosis y la Sociedad Europea de Aspectos Clínicos y Económicos de Osteoporosis y Osteoartritis se analizó el tema de la nutrición como un pilar preventivo de la osteoporosis y los mejores momentos y cantidades para reforzarla.
El calcio y la vitamina D son dos nutrientes interdependientes. Para lograr una absorción neta diaria de 400 mg de calcio se requiere una ingesta de 800 mg si el transporte activo es del 26%; mientras que se necesita ingerir 1200 mg si el transporte activo es de sólo el 18% (1).
La absorción de calcio aumenta a medida que se incrementan los niveles circulantes de 25(OH) vitamina D, hasta que alcanzan los 80 nmol/l; en otros términos, por debajo de 80 nmol/l la concentración de 25(OH)D es el factor limitante de la absorción de calcio.
En el estudio RECORD no se observó reducción del riesgo de fracturas por fragilidad con la suplementación con 800 UI diarias de vitamina D más calcio, pero el cumplimiento del tratamiento fue de sólo el 47%, y el nivel promedio alcanzado de 25(OH)D fue de sólo 62 nmol/l en el grupo que recibió suplementación de vitamina D.
En el ensayo WHI tampoco se observó reducción significativa del riesgo de fracturas con 400 UI/día de vitamina D, pero el cumplimiento fue de sólo el 59%; si se considera a la población con 100% de cumplimiento del tratamiento con suplemento de vitamina D —totalizando una ingesta diaria de 760 UI (400 UI de suplemento + 360 UI de consumo basal)— hubo una reducción del riesgo de fracturas del 29%. En dos estudios que usaron suplementación con 800 UI diarias de vitamina D —y que lograron niveles promedio de 25(OH)D de 74–75 nmol/l— se observó una reducción significativa del riesgo de fracturas (2).
Sobre la base de estos resultados la Fundación Internacional de Osteoporosis (IOF) recomienda una ingesta diaria de 800 a 1000 UI de vitamina D en las personas de 60 años o más de edad, con un nivel blanco de 25(OH)D sérica de 75 nmol/l para la prevención de caídas y fracturas.
El Instituto de Medicina (IOM) recomienda una ingesta diaria de calcio de 1000 mg en adultos, que aumenta a 1300 mg en adolescentes, y a 1200 mg en mujeres de más de 50 años y varones de más de 70.
Con el envejecimiento se reduce la capacidad de absorción intestinal en general, y eso incluye a micronutrientes, como el calcio y la vitamina D.
También se reduce la capacidad de síntesis cutánea de vitamina D; la disminución alcanza al 75% en sujetos de más de 70 años. La declinación de la función renal con la edad además disminuye la síntesis de 1.25-(OH)2D.
En conjunto, estas alteraciones asociadas con el envejecimiento reducen la absorción intestinal de calcio y conducen al hiperparatiroidismo secundario, y esta elevación de parathormona es la que —estimulando la remodelación ósea y la actividad de los osteoclastos— lleva a la osteoporosis.
Existe un hiato entre las recomendaciones nutricionales y la ingesta, que hace que una elevada proporción de la población tenga niveles insuficientes de 25(OH) D y convierte a la cuestión en un problema mundial (3).
Sorprendentemente, el problema en los países nórdicos no es tan marcado, probablemente debido a una combinación de escasa pigmentación de la piel y el consumo de alimentos fortificados, pescados grasosos e hígado de bacalao.
Además del envejecimiento, otras condiciones pueden contribuir al déficit de vitamina D. La escasa exposición a la luz solar es un factor crítico que depende del uso de pantallas solares, la latitud geográfica, la hora del día de la exposición, la estación del año y la pigmentación cutánea.
Los síndromes de malabsorción y la obesidad reducen la biodisponibilidad, la insuficiencia renal o hepática, disminuyen la activación; y el síndrome nefrótico aumenta la pérdida urinaria de vitamina D.
Por último, la ingesta media diaria de calcio en mujeres de más de 50 años de edad se encuentra muy por debajo de las recomendaciones en la mayor parte de los países, incluyendo: Alemania, Bulgaria, España, Estados Unidos, Francia, Japón y Portugal.
Referencias
1- Heaney RP. Am J Clin Nutr. 2008 Aug;88(2):541S-544S..
2- Bischoff-Ferrari HA. Osteoporos Int 2007; 18: 401-407
3- van Schoor NM & Lips P. Best Pract Res Clin Endocrinol Metab 2011; 25: 671-680