La European Society of Contraception and Reproductive Health llevó a caboen junio de 2012 su congreso anual en Atenas, Grecia. En ESC 2012 se revisaron algunas estrategias y mitos relativos al uso de los anticonceptivos orales y la menstruación mensual.
La menstruación mensual no es la norma histórica. En tiempos prehistóricos las mujeres tenían alrededor de 160 menstruaciones a lo largo de su vida, ya que la menarca ocurría más tarde (alrededor de los 16 años de edad), tenían hijos antes (comenzaban en promedio a los 19.5 años de edad), tenían embarazos frecuentes (en promedio 6 hijos nacidos con vida), y amamantaban durante períodos prolongados entre los embarazos. En ciertas regiones de África todavía se mantiene este patrón.
La menstruación mensual no es la norma histórica. En tiempos prehistóricos las mujeres tenían alrededor de 160 menstruaciones a lo largo de su vida, ya que la menarca ocurría más tarde (alrededor de los 16 años de edad), tenían hijos antes (comenzaban en promedio a los 19.5 años de edad), tenían embarazos frecuentes (en promedio 6 hijos nacidos con vida), y amamantaban durante períodos prolongados entre los embarazos. En ciertas regiones de África todavía se mantiene este patrón.
Además de la hemorragia y el dolor la menstruación se vincula con síntomas extragenitales (cefalea, náuseas, etc.) y con síntomas premenstruales asociados con las fluctuaciones hormonales.
Alguna evidencia indica que —además de la anemia por déficit de hierro y endometriosis posiblemente asociadas con las menstruaciones abundantes— los ciclos ovulatorios repetitivos podrían vincularse con aumento del riesgo de cáncer de mama, ovario y endometrio, en comparación con las mujeres con ciclos menstruales menos frecuentes.
Un reciente comentario publicado en The Lancet sugiere que la Iglesia Católica debería recomendar a las monjas que tomen anticonceptivos orales, ya que tienen un riesgo muy aumentado de dichos tipos de cáncer, y así recibirían un gran beneficio con su efecto protector.
Muchas mujeres consideran la menstruación como molesta e inconveniente; el 40% considera a la menstruación como una experiencia negativa. Casi el 50% de las mujeres tiene dolor menstrual y, de ellas, el 10% está incapacitado durante 1 a 3 días por mes.
Las mujeres refieren que sus períodos interfieren con su vida sexual y actividades deportivas y que preferirían no tenerlos.
Alrededor del 30% de las mujeres de una encuesta realizada sobre 4000 mujeres de Europa, Estados Unidos y Brasil consideraron que la menstruación ejerce un severo impacto negativo sobre su vida cotidiana (1), y con escasa variación entre países y mujeres de distinta edad.
Este resultado no sorprende si se tiene en cuenta que la menstruación es un acontecimiento que exige planeamiento, un gasto considerable en material sanitario y consumo de analgésicos para calmar las molestias durante casi una semana por mes.
La introducción de los anticonceptivos orales a mediados de los años 60 de siglo viejo revolucionó el campo de la anticoncepción. En ese entonces se consideró el sangrado mensual como necesario para hacer más aceptable este método innovador de regulación de la fertilidad.
En particular, la hemorragia mensual servía para indicar a las mujeres que no estaban embarazadas, sobre todo porque varios de los efectos colaterales de las primeras píldoras anticonceptivas con altas dosis de hormonas, tales como: náuseas, tensión mamaria y sangrado irregular/manchado, son similares a los síntomas del embarazo. Además, uno de los principales científicos involucrados en el desarrollo de los anticonceptivos orales era un católico practicante, y pensó que el sangrado mensual daría al método una apariencia más natural que facilitaría su aceptación por la Iglesia Católica.
Con el tiempo se desarrollaron regímenes fijos extendidos con un intervalo libre de hormonas abreviado para proveer mejor inhibición de la ovulación, reducción de las fluctuaciones hormonales y menos episodios de sangrado.
En una encuesta realizada en 2004 en múltiples centros en Estados Unidos por 500 profesionales de la salud (la mayoría compuesta con enfermeras) en 1500 mujeres se encontró que el 79% consideraba que se debía investigar más la cuestión de posponer los períodos; el 50% manifestó que era necesario tener un período mensual; el 44% dijo que retardar el período las pondría ansiosas o preocupadas; y el 22% que, incluso cuando fuese completamente seguro, no estaban interesadas en interrumpir sus períodos.
Por otra parte, las mismas mujeres expresaron que, al menos en teoría, en más del 60% de los casos pospondrían el período si no conllevara problemas, desearían tener períodos menos intensos, disminuir los problemas durante el período, y que fueran menos dolorosos.
Más del 43% consideró que no tener períodos era una buena idea, y el 60% dijo que estarían complacidas usando el control de la fertilidad para interrumpir los períodos durante un tiempo.
Durante la misma época, una encuesta en Alemania investigó por qué las mujeres desean tener menos menstruaciones.
Las razones fueron: mejor higiene 44%–67%), menor pérdida de sangre (23%–36%), molestias menstruales menos intensas (57%–71%), y mejor calidad de vida (50%–59%).
No obstante, en la misma encuesta, la mayor parte de las mujeres que usaban anticonceptivos orales no lo hacía para retardar la menstruación, y las razones fueron que temían que fuese peligroso, que produjera infertilidad, y porque pensaban que no era natural.
Si lo prefieren, las mujeres pueden usar los anticonceptivos orales combinados para posponer su sangrado mensual, por ejemplo, porque se van de vacaciones, para una ocasión especial o para la luna de miel.
Esto se puede lograr de dos maneras: con regímenes anticonceptivos orales combinados fijos extendidos —actualmente disponibles en Estados Unidos— que comprenden 84 días de tratamiento activo seguidos por 7 días de placebo o etinilestradiol solo, o 365 días de tratamiento activo; o uso continuo de regímenes convencionales de anticonceptivos orales combinados que constituyen un uso no aprobado en el que el intervalo libre de hormonas es ignorado.
En Estados Unidos la proporción de profesionales de la salud que refirieron prescribir regímenes extendidos de anticonceptivos orales a sus pacientes aumentó del 81% en 2004 al 92% en 2008, y la proporción que refirió hacerlo frecuentemente aumentó del 29% al 54%. Obviamente, es lógico que se lo prescriba dada la disponibilidad de un régimen 84/7 en Estados Unidos.
En una encuesta de ginecólogas de Austria y Alemania, el 37% de las que usaban anticonceptivos orales refirió que ellas los usaban en forma continua (sin intervalo libre de hormonas), y la principal razón por la que sugerían ese régimen a sus pacientes eran las cefaleas cíclicas, otras molestias cíclicas y dismenorrea.
En la encuesta antes mencionada realizada en Europa, Estados Unidos y Brasil (1), un tercio de las mujeres refirió preferir una frecuencia de sangrado de 2 o 3 meses, sin gran variación entre países, con la excepción del Reino Unido, donde el 40% prefirió esta frecuencia. El 15% de las mujeres expresó que preferirían eliminar completamente el sangrado, y con una proporción que osciló entre el 4% en Italia y el 19% en el Reino Unido.
La preferencia por un sangrado cada 2 o 3 meses fue más común en las mujeres más jóvenes: el 36% en el grupo de 15 a 24 años vs. el 31% en el de 40 a 49 años. En cambio, el 19% de las mujeres de 40 a 49 expresó su deseo de eliminar completamente el sangrado, en comparación con el 12% de las de 15 a 24 años.
Las mujeres más jóvenes expresaron el deseo de conservar el sangrado mensual como forma de reaseguro de la ausencia de embarazo. Globalmente, el 60% prefirió tener un sangrado menos frecuente o eliminarlo completamente.
En una encuesta realizada en 18 países europeos sobre cerca de 1800 mujeres de 18 a 49 años, y realizada principalmente mediante cuestionarios en línea, se observó una clara diferencia entre los países del Norte y del Sur del continente en la frecuencia con la cual las mujeres refirieron haber pospuesto la menstruación alguna vez. La tasa global fue 39%, pero varió entre el 10% y el 20% en Turquía, Ucrania, Grecia, Portugal y España, hasta el 85% en Holanda.
En conclusión:
• Durante los últimos 50 años la percepción sobre la menstruación ha ido cambiando gradualmente.
• No obstante, todavía existen mitos y malentendidos sobre la menstruación.
• Muchas mujeres perciben al sangrado menstrual como molesto e inconveniente y, si tuvieran la oportunidad retardarían su frecuencia.
• Mientras se toman anticonceptivos orales no es necesario el sangrado mensual.
• Los anticonceptivo orales actuales tienen limitaciones cuando se usan para manejar el sangrado.
• Se necesitan más estrategias individualizadas aprobadas para proveer soluciones flexibles para el sangrado.
Referencia: