Miércoles, Marzo 13, 2024
Congreso ESC 2012 – Regímenes anticonceptivos y el retraso la menstruación
Sin categoría  

Congreso ESC 2012 – Regímenes anticonceptivos y el retraso la menstruación

Spectr News Theme erica
27 Septiembre

esc 2012

La European Society of Contraception and Reproductive Health llevó a caboen junio de 2012 su congreso anual en Atenas, Grecia. En ESC 2012 se revisaron algunas estrategias y mitos relativos al uso de los anticonceptivos orales y la menstruación mensual.

La menstruación mensual no es la norma histórica. En tiempos prehistóricos las mujeres tenían alrededor de 160 menstruaciones a lo largo de su vida, ya que la menarca ocurría más tarde (alrededor de los 16 años de edad), tenían hijos antes (comenzaban en promedio a los 19.5 años de edad), tenían embarazos frecuentes (en promedio 6 hijos nacidos con vida), y amamantaban durante períodos prolongados entre los embarazos. En ciertas regiones de África todavía se mantiene este patrón.

La menstruación mensual no es la norma histórica. En tiempos prehistóricos las mujeres tenían alrededor de 160 menstruaciones a lo largo de su vida, ya que la menarca ocurría más tarde (alrededor de los 16 años de edad), tenían hijos antes (comenzaban en promedio a los 19.5 años de edad), tenían embarazos frecuentes (en promedio 6 hijos nacidos con vida), y amamantaban durante períodos prolongados entre los embarazos. En ciertas regiones de África todavía se mantiene este patrón.

Además de la hemorragia y el dolor la menstruación se vincula con síntomas extragenitales (cefalea, náuseas, etc.) y con síntomas premenstruales asociados con las fluctuaciones hormonales.

Alguna evidencia indica que —además de la anemia por déficit de hierro y endometriosis posiblemente aso­ciadas con las menstruaciones abundantes— los ciclos ovulatorios repetitivos podrían vincularse con aumento del riesgo de cáncer de mama, ovario y endometrio, en comparación con las mujeres con ciclos menstruales menos frecuentes.

Un reciente comentario publicado en The Lancet sugiere que la Iglesia Católica debería recomendar a las mon­jas que tomen anticonceptivos orales, ya que tienen un riesgo muy aumentado de dichos tipos de cáncer, y así recibirían un gran beneficio con su efecto protector.

Muchas mujeres consideran la menstruación como molesta e inconveniente; el 40% considera a la mens­truación como una experiencia negativa. Casi el 50% de las mujeres tiene dolor menstrual y, de ellas, el 10% está incapacitado durante 1 a 3 días por mes.

Las mujeres refieren que sus períodos interfieren con su vida sexual y actividades deportivas y que preferirían no tenerlos.

Alrededor del 30% de las mujeres de una encuesta rea­lizada sobre 4000 mujeres de Europa, Estados Unidos y Brasil consideraron que la menstruación ejerce un seve­ro impacto negativo sobre su vida cotidiana (1), y con escasa variación entre países y mujeres de distinta edad.

Este resultado no sorprende si se tiene en cuenta que la menstruación es un acontecimiento que exige planea­miento, un gasto considerable en material sanitario y con­sumo de analgésicos para calmar las molestias durante casi una semana por mes.

La introducción de los anticonceptivos orales a mediados de los años 60 de siglo viejo revolucionó el campo de la anticoncepción. En ese entonces se consideró el sangra­do mensual como necesario para hacer más aceptable este método innovador de regulación de la fertilidad.

En particular, la hemorragia mensual servía para indicar a las mujeres que no estaban embarazadas, sobre todo porque varios de los efectos colaterales de las primeras píldoras anticonceptivas con altas dosis de hormonas, tales como: náuseas, tensión mamaria y sangrado irregu­lar/manchado, son similares a los síntomas del embarazo. Además, uno de los principales científicos involucrados en el desarrollo de los anticonceptivos orales era un católico practicante, y pensó que el sangrado mensual daría al método una apariencia más natural que facilitaría su aceptación por la Iglesia Católica.

Con el tiempo se desarrollaron regímenes fijos extendi­dos con un intervalo libre de hormonas abreviado para proveer mejor inhibición de la ovulación, reducción de las fluctuaciones hormonales y menos episodios de san­grado.

En una encuesta realizada en 2004 en múltiples centros en Estados Unidos por 500 profesionales de la salud (la mayoría compuesta con enfermeras) en 1500 mujeres se encontró que el 79% consideraba que se debía inves­tigar más la cuestión de posponer los períodos; el 50% manifestó que era necesario tener un período mensual; el 44% dijo que retardar el período las pondría ansiosas o preocupadas; y el 22% que, incluso cuando fuese comple­tamente seguro, no estaban interesadas en interrumpir sus períodos.

Por otra parte, las mismas mujeres expresaron que, al menos en teoría, en más del 60% de los casos pospon­drían el período si no conllevara problemas, desearían tener períodos menos intensos, disminuir los problemas durante el período, y que fueran menos dolorosos.

Más del 43% consideró que no tener períodos era una buena idea, y el 60% dijo que estarían complacidas usan­do el control de la fertilidad para interrumpir los períodos durante un tiempo.

Durante la misma época, una encuesta en Alemania investigó por qué las mujeres desean tener menos mens­truaciones.

Las razones fueron: mejor higiene 44%–67%), menor pér­dida de sangre (23%–36%), molestias menstruales menos intensas (57%–71%), y mejor calidad de vida (50%–59%).

No obstante, en la misma encuesta, la mayor parte de las mujeres que usaban anticonceptivos orales no lo hacía para retardar la menstruación, y las razones fueron que temían que fuese peligroso, que produjera infertilidad, y porque pensaban que no era natural.

Si lo prefieren, las mujeres pueden usar los anticon­ceptivos orales combinados para posponer su sangrado mensual, por ejemplo, porque se van de vacaciones, para una ocasión especial o para la luna de miel.

Esto se puede lograr de dos maneras: con regímenes anticonceptivos orales combinados fijos extendidos —actualmente disponibles en Estados Unidos— que comprenden 84 días de tratamiento activo seguidos por 7 días de placebo o etinilestradiol solo, o 365 días de tratamiento activo; o uso continuo de regímenes convencionales de anticonceptivos orales combinados que constituyen un uso no aprobado en el que el intervalo libre de hormonas es ignorado.

En Estados Unidos la proporción de profesionales de la salud que refirieron prescribir regímenes extendidos de anticonceptivos orales a sus pacientes aumentó del 81% en 2004 al 92% en 2008, y la proporción que refirió hacerlo frecuentemente aumentó del 29% al 54%. Obviamente, es lógico que se lo prescriba dada la disponibilidad de un régimen 84/7 en Estados Unidos.

En una encuesta de ginecólogas de Austria y Alemania, el 37% de las que usaban anticonceptivos orales refirió que ellas los usaban en forma continua (sin intervalo libre de hormonas), y la principal razón por la que sugerían ese régimen a sus pacientes eran las cefaleas cíclicas, otras molestias cíclicas y dismenorrea.

En la encuesta antes mencionada realizada en Europa, Estados Unidos y Brasil (1), un tercio de las mujeres refirió preferir una frecuencia de san­grado de 2 o 3 meses, sin gran variación entre países, con la excepción del Reino Unido, donde el 40% prefirió esta frecuencia. El 15% de las mujeres expresó que preferirían eliminar completamente el sangrado, y con una proporción que osciló entre el 4% en Italia y el 19% en el Reino Unido.

La preferencia por un sangrado cada 2 o 3 meses fue más común en las mujeres más jóvenes: el 36% en el grupo de 15 a 24 años vs. el 31% en el de 40 a 49 años. En cambio, el 19% de las mujeres de 40 a 49 expresó su deseo de eli­minar completamente el sangrado, en comparación con el 12% de las de 15 a 24 años.

Las mujeres más jóvenes expresaron el deseo de con­servar el sangrado mensual como forma de reaseguro de la ausencia de embarazo. Globalmente, el 60% prefirió tener un sangrado menos frecuente o eliminarlo comple­tamente.

En una encuesta realizada en 18 países europeos sobre cerca de 1800 mujeres de 18 a 49 años, y realizada prin­cipalmente mediante cuestionarios en línea, se observó una clara diferencia entre los países del Norte y del Sur del continente en la frecuencia con la cual las mujeres refirieron haber pospuesto la menstruación alguna vez. La tasa global fue 39%, pero varió entre el 10% y el 20% en Turquía, Ucrania, Grecia, Portugal y España, hasta el 85% en Holanda.

En conclusión:

• Durante los últimos 50 años la percepción sobre la menstruación ha ido cambiando gradualmente.

• No obstante, todavía existen mitos y malentendidos sobre la menstruación.

• Muchas mujeres perciben al sangrado menstrual como molesto e inconveniente y, si tuvieran la oportu­nidad retardarían su frecuencia.

• Mientras se toman anticonceptivos orales no es nece­sario el sangrado mensual.

• Los anticonceptivo orales actuales tienen limitacio­nes cuando se usan para manejar el sangrado.

• Se necesitan más estrategias individualizadas apro­badas para proveer soluciones flexibles para el san­grado.

Referencia:

  1. Szarewski A, von Stenglin A & Rybowski S (2012). Women’s attitudes towards monthly bleeding: Results of a global population-based survey. The European Journal of Contraception & Reproductive Health care: The Official Journal of the European Society of Contraception. doi:10.3109/13625187.2012.684811

Ver artículos de Ginecología y Obstetricia

Entrevista Dr. Fernando Cassorla – Jefe Programa Endocrinología Pediátrica U. de Chile
EAACI 2012 – Adherencia al tratamiento en asma y rinitis alérgica
Registro Ingreso
Perdió su contraseña?
Registro Ingreso
La contraseña será enviada a su correo

Ver términos de uso y condiciones

Regístrese

Para acceder a todos el contenido y las últimas novedades te invitamos a registrarte sin costo e ingreso instantáneo.

Quiero registrarme Ya estoy registrado
Registro Ingreso
Ingresar