Por Dra. María Loreto Yánez
Oncología-Radioterapia
Instituto de Radiomedicina – IRAM
En estos días se está desarrollando en Washington, Estados Unidos, el 17th Annual Scientific Meeting de la Society for Neuro-Oncology, reunión en la cual me encuentro como asistente. A continuación comparto con ustedes una interesante revisión de un caso clínico realizada por los doctores Minesh Mehta, Thimoty Cloughesy, Marc Chamberlain, Jon Weingart y Tracy Batchelor en el congreso de la SON.
Recientemente se realizó una revisión de casos clínicos muy interesante, que abrió la oportunidad a un debate sobre el manejo clínico basado en la evidencia. El primer caso sobre el manejo inicial de un paciente de 58 años portador de un Glioblastoma en lóbulo occipital izquierdo. Luego de una resección macroscópica completa, se indicó el tratamiento adyuvante con radio-quimioterapia con Temozolamida (1 y 2). Fue un punto a discutir la extensión de los ciclos de Temozolamida adyuvante posterior a la RT-Qt concomitante, dado que en el estudio clínico original se indican sólo 6 ciclos. Sin embargo el panel estaba dividido pues algunos continuaban hasta 12 ciclos o hasta la progresión, aunque reconociendo que sin evidencia que los apoyara. El estándar es seis ciclos.
El paciente en este caso presentó en su RNM cerebral a las 5 semanas de terminada su radioterapia una imagen con aspecto de recidiva localizada en el lecho tumoral que en la RNM posterior continuó creciendo. Se hizo hincapié en que era un paciente con un GB portador de metilación MGMT y por ende, más susceptible de una pseudoprogresión. Y se planteó entonces la opción de continuar con temozolamida y dar corticoides si progresaba sintomáticamente o biopsiar para certificar que se trata de pseudoprogresión (descartar progresión) y seguir sus 6 ciclos de TMZ adyuvante. No hay estudios validados de RNM que hagan la distinción entre ambas.
En este caso solo se continuó (sin biopsiar) con TMZ, y afortunadamente la imagen regresó (se tomaban RNM de seguimiento periódicamente). El tiempo que tomó en mejorar la RNM fue de casi un año. En conclusión, es importante tener en mente en nuestros pacientes la posibilidad de pseudoprogresión. Algunos estudios señalan que su presencia es un factor de buen pronóstico.
Referencias:
1- Stupp R et al. N Engl J Med 2005; 352:987-996March 10, 2005DOI: 10.1056/NEJMoa043330
2- Stupp R et al. The Lancet Oncology, Volume 10, Issue 5, Pages 459 – 466, May 2009