En el marco del XXVI Congreso Anual de la Asociación Europea de Urología, realizado en marzo en Viena, Austria, se abordó el impacto de la hiperplasia prostática benigna en la vida de los pacientes y las preocupaciones que esta enfermedad les acarrea a ellos.
El agrandamiento prostático es el cuarto diagnóstico en frecuencia en hombres de ?50 años, con una prevalencia del 13.5% en Estados Unidos, que irá en incremento a medida que aumente la expectativa de vida.
Los síntomas del tracto urinario inferior (STUI) tienen un impacto similar al de la epilepsia, que requiere cirugía, o el asma, sobre la calidad de vida relacionada con la salud.
Los datos disponibles indican que la mayoría de los pacientes con HPB/STUI consulta debido a los síntomas molestos, y sólo el 4% a pedido de familiares o amigos.
Sin embargo, la experiencia sugiere que este último dato probablemente no sea correcto, ya que los STUI trastornan seriamente la vida familiar y social, e incluso laboral de los pacientes (por ejemplo, interfiriendo con el sueño).
Los hombres de 16 a 54 años de edad consultan al médico de atención primaria con alrededor de la mitad de la frecuencia con que lo hacen las mujeres de la misma edad.
La frecuencia de consulta aumenta en los hombres de edad más avanzada, precisamente cuando comienzan a aparecer los STUI y otros, trastornos. A la inversa, la frecuencia de la hospitalización es mayor en hombres que en mujeres.
La conclusión es clara: los hombres esperan demasiado para consultar al médico, y esta resistencia a la consulta tiene importantes consecuencias sanitarias, incluyendo el aumento de los costos.
Los STUI asociados con los estadios precoces de la HPB pueden ser leves, y los hombres asumen que dichos síntomas son un componente normal del proceso de envejecimiento.
Pero, incluso los pacientes con STUI moderados a severos se resisten a consultar al médico. Dada la disponibilidad de terapias efectivas, probablemente el problema esté en la información que tengan esos hombres, y la forma en que se brinden los servicios de salud.
El primer paso para reducir la carga que representa la HPB es el diagnóstico precoz para facilitar el tratamiento inmediato.
Las barreras para lograrlo incluyen: la percepción entre los hombres de que los STUI son una consecuencia inevitable de la edad, y el concepto erróneo de que hay poco por hacer al respecto, a lo que se suma que hasta cierto punto esta perspectiva prevalece también entre los médicos.
¿Qué se puede hacer para mejorar la comunicación con los pacientes y promover la consulta precoz?
En primer lugar, se debería dejar de asumir qué es lo que los pacientes necesitan saber y preguntar qué es lo que quieren saber.
Las iniciativas de educación sanitaria funcionan más efectivamente: i) cuando se basan en lo que la gente ya sabe y comprende; ii) cuando se interesan en las preocupaciones que tienen esas personas.
El sitio web yourprostate.eu (1) es una herramienta de investigación orientada a recoger información sobre las preocupaciones de los hombres, lo que quieren saber, y la forma en que plantean las preguntas.
El 64% de los hombres que preguntaron en ese sitio refirió una o más categorías de STUI, pero el 40% no había consultado al médico.
La mayor parte de los hombres que preguntaron tenía entre 60 y 69 años de edad, precisamente cuando, por lo general, los hombres consultan al médico. A pesar de la falta de información, las preguntas más comunes estuvieron relacionadas con la HPB. Los síntomas reportados fueron; nocturia —con mayor frecuencia— y hematuria, con menor frecuencia (2)
Los resultados de este estudio pequeño indicaron que los hombres tenían preocupaciones relacionadas con sus STUI que podrían quedar sin respuesta; una proporción considerable no había consultado a un profesional de la salud.
También remarcaron la necesidad de educación sobre enfermedades de la próstata para alentar a buscar rápidamente ayuda médica, y destacaron áreas específicas en las que hay que concentrarse (por ejemplo, nocturia); y datos útiles para usar un vocabulario efectivo para la comunicación.
La investigación se ha extendido con la incorporación de versiones en castellano y en alemán.
La preocupación de los hombres con el impacto que los STUI tienen sobre su calidad de vida brinda un punto de partida para una comunicación efectiva a través de barreras sociales, étnicas y culturales. Estos hallazgos proveen la información necesaria para desarrollar estrategias que persuadan a los hombres con STUI para que consulten más precozmente.
En síntesis, la consulta tardía no es culpa de los hombres; es posible acelerar el diagnóstico y tratamiento de modo de mejorar sus vidas y las de sus familias.
Referencias:
2- Banks I, et al. Journal of Men´s Health 2010; 7: 221 – 226
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