El trasplante renal es una opción terapéutica eficaz para pacientes con enfermedad renal terminal; sin embargo, su supervivencia a largo plazo puede verse afectada por el rechazo.
La sensibilización a los antígenos leucocitarios humanos (HLA) puede significar un obstáculo en la viabilidad del trasplante renal. A pesar de ello, debido a los amplios tiempos de espera de órganos para estos pacientes, en las últimas dos décadas se han incrementado los esfuerzos para facilitar el trasplante entre donadores y pacientes incompatibles.
La desensibilización es una de las opciones recomendadas para incrementar la posibilidad de lograr un trasplante viable en pacientes HLA sensibilizados. En este sentido, los protocolos de desensibilización se han venido refinando; se han desarrollado nuevos medicamentos, y las políticas para la asignación de órganos están cambiando. No obstante, el problema de los anticuerpos específicos del donador no se ha resuelto por completo, y muchos pacientes siguen siendo atendidos sin aprovechar los tratamientos que existen en la actualidad.