Entre el 4 y el 7 de marzo se realizará en Lima (Perú) el V Congreso Mundial sobre Salud Mental de la Mujer. Por esta razón, Prensamédica entrevistó a la psiquiatra peruana Marta B. Rondón, Presidenta del Comité Científico de este importante Congreso internacional.
¿Cómo nace la idea de hacer el Congreso Mundial de la Salud Mental de la Mujer en su país, Perú?
A pesar que el Perú ha progresado mucho en el aspecto económico y que hay una actitud más positiva en peruanas y peruanos, no hemos avanzado de la misma manera en aspectos de equidad de género, y en salud mental, mucho menos. Por lo tanto, traer el congreso al Perú ayuda a colocar en la agenda pública ambos temas.
Por otro lado, Perú está en un muy buen momento, es un país seguro, con atractivos turísticos de clase mundial, como Macchu Pichu y otros, y está poniendo al día la oferta hotelera y de servicios, por lo que mostrar mi país constituye un verdadero orgullo.
¿Cómo ha afectado el nuevo rol de la mujer (madre y trabajadora) a su salud mental?
De varias maneras, unas positivas y otras no tanto. Por un lado el ingreso al mercado laboral proporciona estatus, autonomía, independencia financiera, una red social más amplia y motivación para el perfeccionamiento personal en todas las áreas.
Por otro, debido a que no hemos sabido repartir las tareas domesticas y de reproducción de manera más equitativa, las mujeres se ven sobrecargadas por la doble jornada.
Existe pues necesidad de flexibilizar los empleos (horarios, trabajo desde casa, tareas compartidas, mayores licencias de paternidad y maternidad) para que la sociedad se beneficie del aporte de las mujeres… Por ejemplo, las mujeres son más esmeradas y manejan las relaciones interpersonales en el centro laboral y con los clientes con más tino.
¿Es diferente la realidad de la salud mental femenina en Latinoamérica en relación a las naciones desarrolladas?
La realidad no es muy diferente, por ejemplo la depresión y la ansiedad afectan mayoritariamente a las mujeres (2 mujeres por cada hombre) en todo el orbe. Las mujeres tienen un mayor riesgo a sufrir trastorno por estrés post traumático y al mismo tiempo están más expuestas a la violencia en todas sus formas.
En cuanto a consumo de alcohol y otras drogas, las mujeres están mucho menos afectadas que los varones.
Sin embargo, algunos determinantes sociales como la inequidad en el reparto de recursos, acceso a servicios y a oportunidades de desarrollo, siguen representando una desventaja mayor para las mujeres de América Latina. No hemos logrado cuantificar el impacto de esta situación, y este es uno de los temas en el que se debe fomentar la investigación.
Además, las mujeres de nuestro continente están expuestas a mucha violencia por parte de la pareja o ex pareja, y ello redunda en niveles altos de síntomas emocionales y físicos y en una menor calidad de vida.
¿Nos podría hablar de algunos avances en el manejo de los desórdenes mentales en la mujer?
Tenemos un conocimiento más exacto de uso de antidepresivos en la depresión del embarazo, donde las recomendaciones son de abstenerse de tratar las depresiones leves, y de tener mucho cuidado en el uso de psicofármacos. Sin embargo, si hay depresión severa es preciso medicar y dar terapia porque la depresión afecta al producto: niños pequeños para la edad gestacional. También hay avances en el uso de hormonas para el tratamiento de cuadros afectivos y esquizofrenia. La psicofarmacología de la mujer ha avanzado con una mejor comprensión de las interacciones entre medicamentos y algunas particularidades del metabolismo femenino que nos obligan a ser cautos con las dosis.
De modo general, ¿cuál ha sido el impacto de la globalización en los derechos de la mujer relacionados con la salud mental?
La globalización es un proceso que ha acortado distancias y ha aumentado las comunicaciones entre personas que antes no se conocían. Se han diluido las fronteras nacionales y las personas se relacionan entre sí en virtud de intereses comunes, ahora como individuos y ya no como grupos o naciones.
Las mujeres que participan de este proceso se ven expuestas a modos de vida y normatividad en los países más equitativos, como Escandinavia, donde el respeto por los derechos de las mujeres es mayor. Esto las lleva a cuestionar que las discriminaciones y limitaciones que pesan sobre las mujeres sean “naturales”, de modo que hay mayor conciencia de los derechos y de la capacidad de las personas de reclamar que los estados protejan, respeten y cumplan dichos derechos. Esto es ciertamente favorable.
Desgraciadamente la globalización también aumenta la distancia entre quienes poseen conocimientos y recursos financieros y quienes no lo tienen, por lo que existe la necesidad de incidir para mejorar sustancialmente el acceso de las mujeres al conocimiento a través de la internet y de propiciar que se formen redes supranacionales donde mujeres de diversos orígenes puedan intercambiar experiencias, conocimientos y recursos para mejorar su vida.
Los Objetivos del Milenio, un esfuerzo global de lucha contra la pobreza, por ejemplo, han puesto sobre el tapete el derecho de las mujeres a la maternidad libre y segura, algo que parece tan cotidiano y sin embargo no se cumple en muchos lugares. Merced a mecanismos de monitoreo global, los países que van a la zaga se ven presionados a disminuir sus tasas de mortalidad materna, y ya hemos asistido a reportes de que la mortalidad materna, en efecto ha disminuido; es decir más mujeres acceden al derecho a la salud sexual y reproductiva
¿Qué expectativas tiene para este Congreso Mundial de Salud Mental de la Mujer?
Espero que sea un foro de intercambio de conocimientos para mejorar la atención a las mujeres de todas las edades, un punto de encuentro para investigadores donde se formulen nuevas preguntas cuyas respuestas queremos encontrar, y una oportunidad de intercambiar experiencias y amistad con personas de más de 60 países.
Espero también que el tema de la salud mental de la mujer ingrese a la agenda de los medios de comunicación y tomadores de decisiones de manera permanente, para que podamos emprender la tarea de mejorar los niveles de bienestar y seguridad de niñas, adolescentes y adultas del país.
Extiendo a través de este espacio la más cordial invitación a participar del Congreso y, de paso, visitar el Perú, país milenario y multicultural que posee una extraordinaria riqueza arqueológica y paisajística, amén de variada gastronomía y sobre todo, la gente más emprendedora y acogedora.
Espero dar a todas y todos un abrazo de bienvenida en Lima en Marzo. PRENSAMEDICA.ORG.