Dra. María Loreto Yáñez S.
Oncología-Radioterapia
Instituto de Radiomedicina – IRAM
Es frecuente en la práctica clínica enfrentarse a la pregunta si la radiocirugía con acelerador lineal (LINAC) y con Gamma Knife son equivalentes. Esto nos remite al famoso caso canadiense difundido en USA y Canadá en televisión el año 1997 sobre un paciente que, teniendo indicación de radiocirugía, debió viajar de Canadá a USA a realizarse Gammaknife , pues se había considerado que el tratamiento con LINAC disponible en Canadá en ese momento era menos efectivo que el Gamma Knife de USA. Se debatió entonces este tema, hace ya varios años y la evidencia para esta afirmación se consideró inconsistente. Posteriormente han aparecido otros artículos que al comparar series con ambas técnicas demuestran equivalencia, si bien no hay un trabajo científico randomizado que las compare, probablemente porque no sea interesante hacerlo desde el punto de vista académico.
Es probable que dado que el Gamma Knife, al ser el equipo con que se inició la técnica de radiocirugía, sea el más difundido y conocido en el ambiente general y el más identificado con este tratamiento, muchas veces, utilizándose como sinónimo de radiocirugía.
Es un fenómeno interesante el hecho que el nombre Gamma Knife lleve a los pacientes a confundirse y a creer que este es un cuchillo (knife) que “operará sin bisturí a los pacientes”, algo que ha sido fomentado también por algunos centros que promocionan el tratamiento como una “cirugía no invasiva”, cuando en realidad se trata de una técnica de radioterapia, que se basa en utilizar coordenadas en el cráneo del paciente, para localizar un objetivo y , utilizando haces convergentes en ese punto, irradiar con altas dosis, en una sesión, con la máxima certeza posible la zona de interés, protegiendo la periferia.
La diferencia fundamental entre ambos equipos es física y se refiere al origen de la radiación emitida, en el Gamma Knife es la utilización de fuentes de Cobalto, que emiten rayos gamma en su proceso de decaimiento radioactivo; el Linac en cambio, utiliza un acelerador lineal, que emite fotones. Ambos son radiobiológicamente equivalentes, es decir, los efectos biológicos sobre el tejido que recibe radiación son iguales.
Podría discutirse que la forma en que se recibe la radiación es más o menos exacta , pero con la tecnología disponible en este momento, esas diferencias son poco significativas, y lo que es más importante, al analizar casos clínicos, se ha observado que los resultados de ambos tratamientos son iguales. Es frecuente escuchar en congresos de radioterapia o de neurocirugía internacionales que “ya no es un tema” preguntarse si es más efectiva uno u otro equipo.
Las indicaciones de tratamiento con uno u otro equipo son las mismas, fundamentalmente metástasis cerebrales (menos de 3 o 4 lesiones, con un tumor primario controlado), malformaciones arteriovenosas y algunos tumores cerebrales como meningiomas, schwannomas y adenomas hipofisiarios. Si bien estas indicaciones tienen evidencia sólida que las respalde, siempre es importante contar con un comité multidisciplinario que involucre radio-oncólogos y neurocirujanos para tomar las mejores decisiones terapéuticas. Y recordar que, más importante que el equipo que se utilice para realizar radiocirugía, es el equipo médico que lo esté manipulando, porque es un tratamiento operador dependiente, en el sentido que tanto la indicación de tratamiento, como la marcación de la zona a irradiar y del tejido sano a proteger y las dosis indicadas al tumor y a las zonas de riesgo son determinadas manualmente.
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