En la versión número 32 del International Symposium on Intensive Care and Emergency Medicine (ISICEM), realizada en marzo en Bruselas, Bélgica, el Dr. Jordi Rello, Jefe de Cuidados Críticos del Hospital Universitario de Vall d’Hebron y responsable del grupo de Investigación Clínica e Innovación en Neumonía y Sepsis de la Universidad Autónoma de Barcelona, España, hizo una introducción al tema del manejo de las infecciones por Staphylococcus aureus resistentes a meticilina en las Unidades de Tratamiento Intensivo.
En un artículo publicado en 2005 se propuso dividir la neumonía asociada a respirador (NAR) en tipos diferentes según la duración de la ventilación mecánica (VM). Se asumió la existencia de 4 tipos de NAR: i) muy temprana (menos de 2 días de VM); ii) temprana (entre 4 y 7 días de VM); iii) tardía (entre 5 y 8 días de VM); iv) muy tardía (más de 15 días de VM). Cada tipo de neumonía nosocomial (NN) se asoció con distintos microorganismos (Park, DR. Respir Care. 2005 Jun; 50(6):742-63; discussion 763-5).
Al enfocar en Staphylococcus aureus se puede observar que los factores de riesgo que predisponen a una infección por S. aureus meticilinosusceptible (SAMS) son sustancialmente distintos a los que favorecen la infección por S. aureus meticilinorresistente (SAMR): para el primero se deben mencionar los pacientes jóvenes, los sujetos con coma traumático y los que estén en post–operatorio de neurocirugía; mientras que el SAMR es frecuente en individuos con EPOC, en tratamiento corticoideo, los que recibieron previamente antibioticoterapia o los que tuvieron una broncoscopia, o en pacientes con VM prolongada.
En un amplio estudio realizado en 27 unidades europeas de cuidados intensivos (UCI) se analizaron las etiologías de 827 episodios de NAR (Koulenti D. et al. Crit Care Med. 2009 Aug;37(8):2360-8).
Aunque los resultados no fueron homogéneos entre los distintos países, S. aureus fue uno de los tres microorganismos más comunes en todos los participantes, representando en total alrededor de un tercio de los episodios. Tal como era de esperar en las NAR tempranas el SAMS fue más frecuente que el SAMR (27.6% vs. 12.4%); mientras que en las NAR tardías predominó el SAMR (16.1% vs. 11.4%).
En un estudio (Amin A., Clin Infect Dis. 2009 Aug 15;49 Suppl 1:S36-43) en el que se evaluó el impacto de la NAR se pudo observar que su presencia contribuyó con un exceso de mortalidad; sin embargo, se asoció significativamente con mayor duración de la VM, de la estadía en la UCI y en el hospital, y con mayores costos.