Los nuevos mamógrafos detectan tumores con un 50% menos de radiación.
En las últimas décadas, el cáncer de mama se ha beneficiado de numerosas campañas de divulgación social. No resulta extraño, ya que son los tumores femeninos más frecuentes y afectan también a mujeres jóvenes. Gracias a que la población es cada vez más consciente de la necesidad de explorarse las mamas regularmente se ha conseguido incrementar la detección precoz. Ello se traduce en una supervivencia del 84% de los casos. Sin embargo, la tecnología es clave para un buen diagnóstico. Los equipos de última generación pasan por mamógrafos digitales con gran resolución de imagen, dosis de radiación mínimas y resonancias que consiguen diferenciar lesiones malignas y benignas gracias al estudio de las moléculas del agua.
El paso de la mamografía analógica a la digital supuso un importante avance en la disminución de la dosis de radiación. Entre otras cosas, apunta Rafael Fábregas, de la unidad de ginecología oncológica y mastología de Salud de la Mujer Dexeus, “porque en pruebas de screening se hacen muchas mamografías a mujeres que no tienen patología y, por tanto, debe procurarse bajar la dosis de radiación al mínimo posible”. Algunos sistemas digitales reducen la dosis a la mitad de la radiología analógica. Actualmente existe un novedoso sistema de emisión y detección del haz de Rayos X. El mamógrafo de Philips Microdose, asegura M. Àngela Pascual, coordinadora de diagnóstico por la imagen de la misma unidad, “aumenta notablemente la eficiencia de detección de fotones disminuyendo drásticamente las interferencias del sistema, lo que redunda en una excelente resolución de la imagen obtenida con dosis aún menor”. La eficacia diagnóstica es también mejor ya que se obtiene un mayor contraste y rango dinámico. En la mayoría de equipos digitales se siguen realizando disparos adicionales de magnificación, en cambio, en el Microdose están incluidos en los datos obtenidos en la exposición estandard, permitiendo magnificarla sin perder resolución. Pascual lo compara con los megapíxeles de una cámara fotográfica. “Si hacemos una fotografía con una cámara de muchos megapíxeles obtendremos una imagen de calidad que podremos ampliar al tamaño que sea necesario. En cambio, si la cámara es de baja calidad la imagen perderá resolución cuando queramos ampliarla”. Con el mamógrafo digital mejora sustancialmente la detección de lesiones, especialmente en mujeres jóvenes que generalmente tienen un patrón mamario denso y heterogéneo. Las lesiones pequeñas en pechos con glándula muy densa pueden quedar en ocasiones enmascaradas con las pruebas convencionales.
La resonancia magnética (RM) con contraste también ha mejorado enormemente su capacidad de detección. Ha disminuido el tiempo de exploración, aumentado la resolución y es más accesible la posibilidad de realizar biopsias guiadas por la RM. El resultado es la detección de lesiones contralaterales y la mejor definición de la lesión en el pecho afectado en mujeres con cáncer de mama.
Además, en pacientes de alto riesgo posibilita la detección precoz de lesiones no visibles con otras herramientas diagnósticas. “Con las nuevas secuencias de difusión incluso es posible diagnosticar el cáncer de mama sin administrar contraste, o valorar la respuesta al tratamiento quimioterápico neoadyuvante de manera muy precoz”, explica Pascual. La difusión en la RM de mama aporta información adicional en la caracterización de la benignidad y malignidad de las lesiones mejorando la especifidad de la técnica. Esta técnica genera imágenes a partir del movimiento microscópico de las moléculas de agua, que aporta información tisular sobre las diferentes lesiones mamarias. Se cuantifica por la ADC (coeficiente de difusión aparente). Si la difusión de las moléculas está disminuida, la imagen queda destacada en la secuencia de ADC. La difusión se puede alterar por diversos factores, como puede ser la densidad celular, la estructura tumoral, los espacios extracelulares y los componentes tisulares (edema, necrosis, fibrosis). Los tumores malignos, y especialmente los invasores, tienen una gran densidad celular que produce una disminución en la difusión del agua y una disminución de ADC.
Sin embargo, la resonancia magnética no se utiliza rutinariamente por su baja especificidad, alto coste y los efectos acumulativos poco conocidos del contraste administrado. “En nuestro servicio se limita a las pacientes que se les practica un tratamiento conservador, con riesgo elevado de tumor hereditario, en tratamiento quimioterápico de neoadyuvancia y excepcionalmente en casos complicados”, aclara Fábregas.
Fuente: Salud y Medicina.org
