En el marco del Congreso de la European Academy of Dermatology and Venerology
(EADV) 2020 realizado en Octubre de este año, el Doctor Profesor Ivo Vlaev,
University of Warwick, Reino Unido, presentó esta ponencia relacionada con cómo
involucrar a los pacientes en el proceso de toma de decisiones compartida.
Los objetivos de este trabajo son definir los cinco estadios de la toma de decisiones
compartida; identificar los obstáculos conductuales para cada uno de estos estadios y
desarrollar un plan para superar los mayores obstáculos en la práctica clínica con
respecto a la recopilación y a la transmisión de la información y al manejo de las
conversaciones difíciles.
Primero se debe tener en cuenta el ecosistema de atención del paciente. Para facilitar la
atención centrada en el paciente y mejorar los resultados sanitarios se deben realizar las
siguientes acciones como la realización de la anamnesis, la exploración, los análisis de
laboratorio y estudios por imágenes, el diagnóstico y la evaluación, la toma de
decisiones compartida, el plan de tratamiento y la psicoterapia.
Con la toma de decisiones compartida se buscan varios resultados deseados: primero
que ambas partes entiendan el verdadero cuadro de la enfermedad actual del paciente;
segundo, que el paciente comprenda todas las opciones de tratamiento y de cuidados
personales posibles; tercero, que el paciente establezca una preferencia; cuarto, la toma
de una decisión compartida que incluya la formulación y el acuerdo de los objetivos del
tratamiento y de los cuidados personales; y quinto, que el paciente comprenda qué
implica aprobar su plan de tratamiento y de cuidados personales. Luego, el paciente y el
médico deben comprometerse a tener determinadas conductas y a superar los obstáculos
que se presenten para lograr los resultados de cada uno de los estadios antes
mencionados.
La toma de decisiones compartida es un proceso en el que los médicos y los pacientes
trabajan en forma conjunta para elegir los estudios, los tratamientos, los paquetes de asistencia o apoyo en base a los datos clínicos y a las preferencias que manifestó el
paciente.
Esta estrategia está impulsada por la ciencia de la conducta con revisión científica. Es
importante formular las preguntas sobre cuáles son los resultados deseados de la toma
de decisiones compartida, es decir, los cinco estadios mencionados anteriormente.
Además, qué conductas son necesarias para lograr estos resultados y qué intervenciones
conducirán a estas conductas. Para el primer estadio, es importante la comunicación;
para el segundo, la orientación y el aprendizaje; para el tercero, la reflexión y la
preparación; para el cuarto, la decisión y la planificación; y para el quinto, la
supervisión.
Para comprender bien de qué se trata, es importante ver en detalle cada uno de los
estadios. En el primero, todos deben entender el verdadero cuadro de la enfermedad
actual del paciente. Para ello, se debe invitar al paciente y a los profesionales sanitarios
a que participen en la toma de decisiones compartida y se involucren con información
sobre el problema de salud. Por lo que es necesario fomentar un diálogo abierto y
sincero y hallar la información más importante para todas las partes. En el segundo
estadio, para que el paciente comprenda todas las opciones de tratamiento y de cuidados
personales posibles, es necesario presentar las opciones y proporcionar información
sobre los beneficios y los riesgos. Además, hacer que los pacientes sean conscientes de
que tienen opciones sobre cómo se trata la enfermedad y deben superar la limitación en
la alfabetización en materia de salud. El tercer estadio es cuando el paciente ha establecido una preferencia y como médico se debe ayudar en la deliberación y evaluación de las opciones en base a los objetivos, valores y preocupaciones del paciente y se deben evitar las recomendaciones, a menos que las pida el paciente.
Se debe motivar a quienes no quieran participar a que formen parte del equipo para la toma de decisiones compartida. En el cuarto estadio, la toma y el acuerdo de una decisión
compartida que incluye los objetivos del tratamiento y de los cuidados personales, se
debe facilitar la deliberación y la toma de decisiones, se debe ayudar a los pacientes a
establecer los objetivos que aspiran, que sean importantes pero realistas, y apoyar a los
profesionales sanitarios para que acepten la incertidumbre. El estadio final es cuando el
paciente comprende lo que implica aprobar su plan de tratamiento y de cuidados
personales, para lo que es necesario colaborar con la implementación y analizar el
impacto con el paciente, motivar a los pacientes para que tengan sus propios objetivos
de tratamiento y para que informen lo que pasa a medida que avanzan con el
tratamiento.
También se puede emplear el principio del ego para involucrar a los pacientes en el
proceso de toma de decisiones compartida al mostrar, por ejemplo, una atención no
verbal mediante el contacto visual. También se puede fortalecer a los pacientes con el
uso de frases como: «Le puede mencionar las diferentes opciones que lo podrían ayudar,
pero para mí es importante que usted las analice y me diga cuál prefiere y por qué»;
«¿Qué quiere que ocurra?»; o «¿Qué espera de su tratamiento para la psoriasis?».
También es necesario logar que el paciente piense sobre el futuro: «Al pensar en cada
uno de los tratamientos, ¿cuál sería mejor para su futuro?» Se debe demostrar interés en
escuchar y en saber qué siente el paciente, prestándole atención porque el paciente es
importante.