Añadir ejercicio a un programa de control de peso también mejora la función pulmonar y los biomarcadores inflamatorios.
En los pacientes obesos con asma, añadir ejercicio a un programa de pérdida de peso resulta en un mejor control clínico, de acuerdo con un estudio publicado en American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine.
Patricia D. Freitas, de la Universidad de Sao Paulo en Brasil, y sus colaboradores examinaron el impacto que tiene el ejercicio en un programa de pérdida de peso, consistente en manejo nutricional y terapia psicológica, y en el control del asma. Se asignó de manera aleatoria a cincuenta y cinco pacientes asmáticos obesos a uno de dos programas: pérdida de peso más ejercicio (PP+E, 28 pacientes) que incorporaba ejercicios aeróbicos y entrenamiento de resistencia muscular, y pérdida de peso más falso entrenamiento (PP+F, 27 pacientes) consistente en ejercicios de respiración y estiramiento. Se evaluó a cincuenta y un pacientes después de tres meses.
Los investigadores encontraron que, en comparación con el grupo PP+F, el grupo PP+E tuvo calificaciones significativamente mejores en el control clínico (mediana, ?0.7 contra ? 0.3), una mayor pérdida de peso (promedio ± desviación estándar, ?6.8 ± 3.5 por ciento contra ?3.1 ± 2.6 por ciento, respectivamente), y una mayor capacidad aeróbica (mediana, 3.0 contra 0.9 ml O2 × kg?1 × min?1). También se observó una mejoría en la función pulmonar, en los biomarcadores inflamatorios y en los niveles de vitamina D en el grupo PP+E, así como una disminución en la inflamación sistémica y de vías aéreas.
“Añadir ejercicio a un programa corto de pérdida de peso debería considerarse como una estrategia útil para el control clínico del asma en pacientes obesos”, dicen los autores.
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Actualizado: lunes 29 de mayo de 2017 (HealthDay News).
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