Dr. Luis H. Zárate M., Presidente Fundación Chilena de Hipertensión Arterial
El año 2002, un estudio realizado por Lewington en más de un millón de personas demostró que la presión arterial ideal – que se asocia con una menor posibilidad de enfermar o morir – es de 115/75 mm Hg. Además estableció que por cada aumento de tan sólo 2 mm Hg, crece en 10% la probabilidad de sufrir accidente vascular cerebral y en 6 % la de padecer una enfermedad coronaria. Por lo tanto, mínimas elevaciones de la presión arterial son responsables de eventos cardiovasculares pues expresan cambios estructurales y funcionales que tienen como trasfondo una inflamación crónica silenciosa de carácter progresivo.
Para simplificar los niveles del riesgo cardiovascular de cada persona, en relación a los niveles de presión, se han creado tres categorías: normal, prehipertensión arterial e hipertensión arterial, teniendo los prehipertensos el doble de riesgo que los normales y los hipertensos el triple.
La prevalencia de cada categoría es aproximadamente un 40% normal, 33% prehipertensos y 27% hipertensos.
Con el paso de los años un alto porcentaje de prehipertensos se transforma en hipertensos, situación que se podría evitar o postergar si se optimizan estilos de vida habitualmente inadecuados, especialmente relacionados con exceso de peso, sedentarismo, tabaquismo, ingesta inadecuada de alcohol, exceso de sal o déficit de potasio.
Lamentablemente la reciente Encuesta Nacional de Salud 2009-2010 reveló que un 66% de la población de ambos sexos presenta exceso de peso. Por otra parte, la ingesta de de sal es de 9.8 gramos diarios, el doble de lo recomendado, con un consumo de potasio de 2,7 gr. diarios, la mitad del consumo deseable. Si asociamos estas condiciones nutricionales al sedentarismo, tabaquismo y consumo de alcohol elevados podemos comprender la triste condición actual de la salud cardiovascular en Chile.
Tenemos la esperanza de que nuestras autoridades de salud implementen a corto plazo y a temprana edad, políticas públicas eficaces en promoción, prevención y detección precoz de factores de riesgo cardiovasculares Los resultados obtenidos en Finlandia, Inglaterra, Canadá y Australia ponen en evidencia la óptima relación costo beneficio de medidas regulatorias de mayor exigencia para las empresas productoras y distribuidoras de alimentos, ya que los intentos de adhesión a ajustes voluntarios y parciales de las empresas han fracasado sistemáticamente en Estados Unidos y Europa.
Las predicciones futuras, al mantenerse las condiciones actuales, aseguran un incremento de la prevalencia de hipertensión arterial de un 60% para el año 2025. En cifras absolutas pasaremos de 1 billón de hipertensos a 1,6 billones en el mundo.
Referencias:
1- Lewington S. et al. Lancet. 2002 Dec 14;360(9349):1903-13.
2- Encuesta Nacional de Salud 2009-2010
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