Entre el 14 y el 16 de abril se llevó a cabo en Málaga el XXII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Diabetes. En la ocasión se tocó la importancia de la resiliencia para el paciente diabético en estado crónico.
Al igual que en diabetes es perjudicial un exceso en los niveles de glucosa, también lo es presentar niveles muy bajos de glucosa. Algo similar ocurre con el estrés; mientras que mucho estrés es perjudicial, también es necesario tener estímulos.
Con los avances de la medicina se ha conseguido prolongar la esperanza de vida. Los médicos de las diversas especialidades médicas tienen que manejar enfermedades que son crónicas y que no se pueden curar pero, en la actualidad, muchas de ellas sí se pueden controlar.
Es importante que las personas puedan superar momentos difíciles, como es afrontar una enfermedad. Por ejemplo, el estímulo para intentar superar la enfermedad nos ayuda a tomar la medicación.
Por otra parte, se ha comprobado que hablar es bueno para la salud. El exteriorizar los sentimientos con la palabra disminuye la presión arterial y las pulsaciones. Al hablar se puede distinguir la intensidad emocional de lo que se siente. Es importante que las personas con estrés post-traumático le cuenten al médico lo que les pasa.
En medicina no basta con curar enfermedades. Aunque es muy importante curar y o erradicar enfermedades, sólo con eso no basta. También es necesario profundizar en conocer las cualidades humanas que nos ayudan a superar momentos difíciles, como ocurre con el diagnóstico de enfermedades importantes. O utilizar estrategias para adaptarse al miedo que supone una enfermedad que sabemos que va a ser crónica, como es la diabetes.
Ante estas situaciones aparece la incertidumbre, que produce una confusión en el paciente. Se han realizado estudios para comprender por qué hay personas que pueden adaptarse y superar situaciones como el diagnóstico de enfermedades crónicas u otras desgracias de la vida, mientras que otras no pueden, o les resulta difícil.
Se ha comprobado que se padece una media de dos desgracias por persona en la vida. Refiriéndose como desgracia a acontecimientos muy importantes, como enfermedades incurables, accidentes graves, etc., que realmente conmueven el equilibrio vital. Estas desgracias, o estrés traumático, pueden ser de dos tipos: unas son las esperadas, como la muerte de un ser querido o el diagnóstico de una enfermedad muy grave; otras son menos esperadas, como accidentes mortales o agresiones criminales.
Es importante conocer qué nos ayuda a superar estas desgracias. El reconocimiento del problema y el apoyo de los demás son dos de los factores que influyen en esta superación.
Sí se conoce que las personas que están conectadas afectivamente a otras tienen más probabilidad de superar una adversidad, en comparación con las personas que están aisladas.
En psicología, se entiende como resiliencia la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas. Es la mezcla entre resistencia y flexibilidad.
Metafóricamente, como una pelota de goma, la capacidad de resistir sin rompernos. Es necesario amoldarse o adaptarse a las noticias traumáticas, como puede ser el diagnóstico de una diabetes. Después de recibir estas noticias, poco a poco, con el tiempo y con la ayuda de los seres queridos y del médico, los pacientes deben esforzarse por volver a disfrutar de la vida.
Otro concepto importante en psiquiatría son las “funciones ejecutivas”, que consisten en analizar, evaluar o controlar situaciones; es decir, algo parecido a las funciones necesarias para llevar una empresa. Las personas que tienen estas funciones ejecutivas mal desarrolladas tienen más problemas para superar las adversidades.
La buena información también es muy importante; tanto en medicina como en cualquier situación de crisis. La información estimula al paciente, le hace entender su enfermedad, disminuyendo su confusión y miedo. Por tanto, es fundamental que los médicos pasen más tiempo con el paciente, para informarles sobre la enfermedad que se les ha diagnosticado.
El situar el control en el propio paciente, ayuda a la resiliencia.
En Estados Unidos se detectó que en algunas zonas había más mortalidad con los huracanes que en otras. Además de tener en cuenta diversos factores, como la intensidad del huracán o la resistencia de los edificios, se comprobó que en la mortalidad también influía la actitud de las personas, aumentando la mortalidad si pensaban que “pasaría lo que tuviera que pasar” -como algo externo a ellos- y disminuyendo si asumían que ellos podían hacer algo para resolverlo. Es decir, es importante asumir que se tiene el control de la situación para mejorarla o para hacerla menos penosa.
Es de gran ayuda que las personas focalicen el control dentro de ellas. Las personas con enfermedades crónicas que piensen que pueden hacer algo por mejorar su calidad de vida, lo van a intentar. Los médicos deben inculcar al enfermo el hecho de que de ellos depende gran parte del control de la enfermedad.
Otro factor importante es la autoestima, ya que ayuda a intentar superar una enfermedad crónica o una adversidad.
El pensamiento positivo también influye en la resiliencia. En algunas culturas, el ser optimista se equipara a ser feliz. En una encuesta realizada en Estados Unidos a más de 15 000 personas creyentes, la mayoría pensaba que cuanto más feliz se es, más probabilidades se tienen de ir al cielo; en cambio, en otras culturas como en España, lo que se pensaba era que cuanto más se sufría, más probabilidades se tenían de ir al cielo.
Las personas optimistas ven el futuro con esperanza ante los problemas o, cuando recuerdan cosas de sus vidas, principalmente son recuerdos positivos.
El sentido del humor también es muy importante, pues ayuda a enfocar hacia una perspectiva para sobrellevar las contrariedades de la vida, incluyendo las enfermedades, y ayuda a compaginar las contradicciones de ciertas situaciones.