Dra. María Loreto Yáñez S.
Oncología-Radioterapia
Instituto de Radiomedicina – IRAM
Los gliomas de alto grado son el segundo tumor primario cerebral más frecuente. Su tratamiento consiste en la máxima resección posible, seguido por (RTQT) radioterapia y temozolamida (1,2). Con este esquema en glioblastoma se ha logrado mejorar significativamente la sobrevida (>10% a 5 años).
En pacientes con mayor sobrevida comienza a ser una preocupación el desarrollo de secuelas. Los efectos tardíos (>90 días de iniciada la terapia) de la radioquimioterapia son variados, entre estos: alopecia, efectos dermatológicos, hematológicos, endocrinológicos (tarda meses o años en manifestarse y es más frecuente en niños) (3), digestivos, neurológicos.
La toxicidad neurológica puede ser aguda (dentro de los primeros 90 días desde el inicio de la RTQT) o tardía. Los agudos (fatiga, cefalea, nauseas, déficit motor o sensitivo, alteraciones de la memoria, convulsiones) pueden manejarse médicamente. Los efectos tardíos suelen ser los mismos, agregando a éstos deterioro cognitivo, disfunción cerebelosa, atrofia de sustancia blanca (hidrocéfalo normotensivo) y son rara vez reversibles. El origen de la neurotoxicidad tardía depende de varios factores: cirugía, el progreso tumoral, radioterapia, quimioterapia, corticoides, anticonvulsivantes. Su mecanismo es también multifactorial: aumento de la permeabilidad de la barrera hematoencefálica, muerte de precursores oligodendrogliales que provocan desmielinización, alteración del funcionamiento neuronal, daño vascular, daño radioinducido de células troncales del cerebro que desarrollan glía en vez de neuronas producto del stress (4,5).
En el plan de radioterapia de un tumor cerebral se debe poner atención en variables que protejan la función cerebral (dosis total, fraccionamiento, volumen de tratamiento, tiempo total, uso de quimioterapia) y características del paciente (KPS, edad, diabetes).
La toxicidad aguda en una revisión de 14 estudios clínicos del RTOG (6) sobre RTQT en Gliomas de alto grado (n= 2.761 pacientes) encontró que en pacientes con toxicidad aguda (>grado 3) había mayor toxicidad tardía y peor sobrevida global, independiente de su clase RPA. Esto se contrapone a los datos de pseudoprogresión (7, 8, 9), que señalan que aquellos pacientes portadores de glioblastoma que desarrollaron seudoprogresión, presentaron mejor sobrevida.
Cabe destacar que la revisión del RTOG es de estudios pre Temozolamida, es por esto que actualmente no debiera considerarse un factor de mal pronóstico la toxicidad aguda.
Referencias: