27 Criterios para el uso racional de medicamentos antiinflamatorios.
El dolor puede experimentarse de una manera tan compleja, que el análisis de la probable etiología y la cuantificación de la intensidad son dos aspectos que el médico deberá considerar, ya que de ello dependerá la aplicación de un tratamiento certero. Nunca se debe menospreciar el impacto que tiene en la calidad de vida la presencia del dolor y las diversas manifestaciones que puede haber a nivel clínico: alteraciones conductuales, síntomas vagales, trastornos del sueño y afectivos, entre otros. En la actualidad, existen diversas escalas y métodos de evaluación que permiten una adecuada aproximación diagnóstica.
La variedad de opciones terapéuticas disponibles es muy amplia, por lo cual es importante conocer su uso correcto, y sobre todo brindar un tratamiento enfocado en la prevención. La correcta elección de un analgésico dependerá de una valoración clínica completa, considerando una anamnesis y exploración física integral. La escala analgésica de la OMS (Figura 1) constituye una herramienta adecuada para el uso racional de estos fármacos, dicha escala considera tres opciones terapéuticas de acuerdo a la intensidad del dolor que experimenta el paciente: en el manejo se consideran AINE, paracetamol, coanalgésicos, así como opioides. En general, está indicada la vía parenteral para el manejo del dolor agudo de presentación leve o moderada; recomendándose el uso de dosis elevadas para obtener una mayor eficacia y seleccionando el AINE de acuerdo a su potencia analgésica o antiinflamatoria. En pacientes con dolor moderado a severo se puede considerar la asociación de un opioide. En el dolor de tipo crónico, los AINE constituyen el primer escalón terapéutico, aunque pueden utilizarse conjuntamente con opioides débiles o potentes.
A pesar de estas sugerencias, es importante tomar en cuenta que esta estrategia no siempre es adecuada, ya que incluso puede implicar un retraso en el control del dolor en ciertos pacientes. Por lo tanto, actualmente se propone utilizar el analgésico de acuerdo a la valoración de la intensidad del dolor, sin realizar forzosamente un escalonamiento.